Semana fresquita propia de un verano vitoriano tradicional. Han comenzado las tareas de drenaje en Salburua, lo que permite reconstruir los ciclos naturales de un humedal continental sometido a estaciones estivales secas. Además estas operaciones permiten las labores de gestión de la flora que puede crecer de forma excesiva limitando los espacios libres en las láminas de agua.
Continúa la acumulación de Cigüeñas que descansan aquí en el preludio de sus viajes migratorios. El número ha ido creciendo y pasan ya los dos centenares. Estos días se puede ver también una Espátula común adulta, una Garza imperial, Garzas reales con sus pollos y algún Martinete.
A medida que baja el nivel de agua afloran los fondos lodosos en donde se apoyan algunos grupos de limícolas. Se están viendo Andarríos grandes (varios grupetes), chicos e incluso un bastardo. Los jóvenes Somormujos y las crías de Zampullines hacen las delicias de los visitantes de los observatorios. Bandos de Verderones, Mitos y se observa con frecuencia al Martín pescador.
En el cielo Golondrinas, Aviones comunes, grupos de Vencejos en emigración y las primeras observaciones de Abejarucos.
Llamamos la atención sobre este último apunte porque un año más estos pájaros adornados con plumajes de colores tropicales se hacen presentes aquí después de su etapa reproductora en territorios situados al sur de Sierra Cantabria, suben hasta Salburua buscando alimento abundante en un proceso de ceba y de acumulación de reservas antes de emprender su migración a tierras africanas. Suponemos que estos viajes tienen también una misión exploratoria y es posible que si encuentran lugares apropiados para nidificar, lo hagan en un futuro próximo.
Ramón Elosegui
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