sábado, 30 de marzo de 2013

GYPAETUS BARBATUS POR NUESTROS MONTES


El verano pasado subimos una entrada con un protagonista estelar de lujo, un Quebrantahuesos (en euskera Ugatz) llamado “Kiriku” http://seodonostia-gipuzkoa.blogspot.com.es/search/label/KIRIKU
Un tiempo atrás, también hablamos de otro Gypaetus con nombre propio, “Benigno” al que tuvimos la fortuna de observar en la ZEC Monte Alduide, y que, por causas ajenas a nuestra voluntad, la entrada no está enlazable, pero podemos verle, aunque lejos y borroso, en la foto siguiente:



Hoy hablaremos un poco de otros ejemplares de la especie que van consolidando sus territorios entre nosotros, aunque y de momento, aún no se haya producido la tan esperada reproducción exitosa.
En la parte nororiental de la Comunidad Foral de Navarra, lindando y compartiendo espacio natural con Gipuzkoa, encontramos las sierras de Aralar, Urbasa, Andia, Arbaiun, Alduide o las cumbres de Baztan. Estos espacios albergan hábitats adecuados a los requerimientos de la especie y despensa suficiente para su especializada dieta.




Los macizos rocosos de nuestro territorio son espacios puente vitales para la expansión de la especie, en dirección oeste, en el intento de recolonizar Picos de Europa. Es decir, consolidar la conectividad con la población del Pirineo. Sabido es que la propia ecología y comportamiento de estas magníficas aves son un hándicap para restablecer su presencia allí donde se extinguió, como la tardía madurez reproductora (6-7 años), la escasa tasa de fertilidad (0,5 pollos pareja-año) y una acentuada filopatria que les lleva a retornar a su lugar de nacimiento tras la dispersión seminómada durante su inmadurez.



Estas circunstancias son inherentes a la especie, tanto como su hermosa silueta. Lo que más debería preocuparnos son las afecciones negativas no naturales, ya que las provocamos nosotros, los humanos, y es sobre las que deberemos actuar para eliminarlas de la ecuación.
Perder valiosos individuos de esta especie por disparos de escopeta, envenenados con variadas ponzoñas, víctimas de impactos y electrocución en tendidos eléctricos o directamente la expoliación de huevos es, además de perseguible y punible, imperdonable.
Legislación en materia de ganadería, por problemas sanitarios no generados por la actividad tradicional y sostenible, han reducido la disposición de recursos alimenticios y alterado la forma de acceder a ellos. La gestión de las reses muertas, tras la aparición de la enfermedad de las “vacas locas”, ha sido el ejemplo más reciente.
El “disfrute de la naturaleza” de forma descontrolada, invasiva y perturbadora, no es un mal menor, ya que puede provocar la muerte por inanición, o indefensión, de pollos cuyos padres son espantados de los nidos a los que no vuelven. Acostumbramos a afirmar que los Quebrantahuesos anidan en cavidades de paredes rocosas inaccesibles, pero esta aseveración se tambalea ante la escalada y el parapente, sino se regula en las áreas sensibles.



Mucho, muchísimo, queda por hacer, y esperar, para que los Quebrantahuesos salgan de la nómina de especies en peligro de extinción, pero hay que reconocer el trabajo que desarrollan profesionales y voluntarios, con mayor o menor respaldo de las administraciones públicas (nos gustaría añadir la coletilla “competentes”) a favor de este objetivo. Comprobar, sobre el terreno, esta difícil labor, nos reconcilia un poco con nuestra propia sociedad-civilización, tan nefasta en otros aspectos. Sumamos esta sensación a la de por si hondamente plena de transitar por el monte. Si como decíamos, el futuro de la especie reside en el restablecimiento de poblaciones estables y genéticamente viables, en las grandes cordilleras, no es menos importante y gozosa, su presencia en los lugares de transición como lo es nuestro territorio.


Patear por estos espacios, tan bellos como inhóspitos y misteriosos, de lo que, en otras eras geológicas, fueron fondos marinos que las fuerzas tectónicas elevaron a las alturas, es en si mismo impresionante. La historia, la leyenda y las tradiciones los han salpicado de mitos y ermitas que coexisten en armonía con las criaturas que requieren de estos hábitats. Pese a la indudable y palpable alteración del paisaje a lo largo de los siglos, estos lugares aún albergan el espíritu de lo salvaje, tal como en el espíritu de los vascos aún persiste la proyección casi totémica de las montañas. Este profundo y arraigado sentimiento debería ser herramienta de conservación para preservar la riqueza geológica, biológica y cultural de estos parajes.



El personal encargado del seguimiento de estos Quebrantahuesos, desde puntos estratégicos, telescopios en ristre, lleva una anotación rigurosa y concienzuda, como notarios que son, del transcurrir de las vidas de estas grandes y escasas Falconiformes. Coincidir con ellos, sin perturbar su tarea, da lugar a la charla amigable e instructiva, no exenta de ciertas complicidades e intercambio de experiencias sobre algo tan fascinante como ajeno a la gran mayoría de la gente. Lo mismo profesionales, contratados o voluntarios, expertos o recién iniciados, nos debatimos en el equilibrio necesario entre la divulgación de estos tesoros y la discreción necesaria para su preservación. 



Si el día que subimos a los reinos de Mari (numen por excelencia del Olimpo vasco) está de visita su hermana Fortuna (del Olimpo clásico), puede que la sombra del Quebranta nos pase no muy lejos. Si llevamos los ojos abiertos, será una experiencia emocionante, una sorpresa, no por deseada, menos sorprendente. Oportunidad casi única que se graba en la memoria, en el rincón de los momentos felices. Es tal es subidón que casi ni se atina a coger la cámara que nos cuelga del cuello. 



Existe una oferta de emplazamientos habilitados para observación y fotografía de estas aves, allí donde son relativamente abundantes y acuden a comederos ex profeso. Quien ha tenido la oportunidad de acceder a uno de estos hides, habrá tenido compensación suficiente al esfuerzo que condiciona su uso con la ocasión de ver a los Quebrantahuesos a poca distancia. ¿Qué se puede decir cuando es el “pájaro de fuego” el que nos sobrevuela, indiferente a nuestra presencia en su territorio, sin preparación ninguna, sin “cita previa”, mostrándose en todo su esplendor de “señor por sus dominios”?


Respeto y admiración, conciencia conservacionista, son valores que necesitamos transmitir ya que sin ellos el futuro, e incluso el presente, de muchas especies y espacios desaparecerán irremisiblemente. Los Quebrantas, como otras muchas riquezas naturales, son atractivos para el ecoturismo o turismo de naturaleza, deberemos ser muy escrupulosos para que esta actividad no pervierta su sentido y resulte contraproducente en lugar de aportar beneficios al medio y criaturas a preservar. De algún modo, y ya que de divinidades hablábamos, no se debe utilizar su nombre en vano.



jueves, 21 de marzo de 2013

APADRINA UN HAYA EN ZILBETI




La Coordinadora Monte Alduide presenta públicamente la campaña “Apadrina un haya” que acaba de poner en marcha para dar a conocer, y denunciar, el riesgo que corre el hayedo de Antzeri, en Zilbeti, ante el proyecto de apertura de una cantera de la empresa MAGNA. La Zona de Especial Conservación (ZEC) Monte Alduide, forma parte de la Red Natura 2000 europea de espacios naturales protegidos, aceptada por la Comisión Europea a petición del Gobierno de Navarra.


El Plan de Gestión, que recoge las acciones y objetivos de conservación de este espacio, no contempla la minería como actividad compatible y la considera su principal amenaza. Según el proyecto minero de Magnesitas de Navarra, desaparecerán 90.000 hayas, con toda la biodiversidad que contienen, especies en peligro de extinción y hábitats prioritarios (Pico dorsiblanco, Visón europeo, reserva genética de Trucha fario autóctona, Cangrejo de río autóctono, prados de Megaforbios y mucho más)



El proyecto minero es apoyado por el Gobierno de Navarra y la empresa minera MAGNA frente a los que, tanto SEO/BirdLife como la Coordinadora Monte Alduide, han planteado un recurso contencioso ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra que está resultando largo y costoso.
Es por ello que la Coordinadora Monte Alduide ha emprendido esta campaña en apoyo del hayedo de Zilbeti bajo el eslogan “Apadrina un haya en Zilbeti”, para que personas a título individual o colectivos puedan participar en la defensa de este territorio através de una pequeña aportación económica.
Para ello podrán ingresar 10 € por cada haya que deseen apadrinar, en la c/c que la Coordinadora Monte Alduide tiene en Caja Laboral- Euskadiko Kutxa (3035 0087 04 0870048791) dando su nombre como concepto. Luego, bastará con escribir a zilbetiapadrina@hotmail.com para dar el nombre  y una dirección en la que recibir el certificado de apadrinamiento.
Somos muy conscientes del mérito que supone hacer una aportación económica en estos complicados tiempos, pero con un poco de muchos, salvaremos un bien muchísimo más valioso y que es Patrimonio de tod@s. ¡Gracias por implicaros y participar en esta iniciativa!



Por otra parte, la Coordinadora Monte Alduide y SEO/BirdLife, advierten de la existencia de otros dos proyectos que se pretenden poner en marcha en la misma zona protegida y que también son objeto de lucha de la Coordinadora. Por un lado, el proyecto que la empresa Sílice Navarra tiene en el Monte Mendiaundi de Aurizperri-Espinal, y por otro, el proyecto de cantera que la propia MAGNA tiene en Erdiz, Valle de Baztan, todo ello integrado en el desarrollo minero que el Gobierno de Navarra quiere poner en marcha en el Pirineo navarro.


Una vez más, quien tiene la obligación legal de preservar el bien común, el Patrimonio Natural, secunda y se pliega al dictado de los intereses privados de empresas que solo ansían el lucro monetario de sus accionistas. Desarrollismo feroz, destructivo y cortoplacista, que es el mismo que nos ha conducido a esta crisis-estafa, que estamos padeciendo en la actualidad y que la pagamos quienes no la hemos provocado. 




Prometen, cómo no,  para calmar oposiciones, la restauración del espacio natural destruido por la explotación. En Navarra se han abierto más de 200 canteras y ninguna se ha restaurado, porque sencillamente, es imposible. La destrucción que produce la minería a cielo abierto es irreversible, por mucho maquillaje con el que se pretenda disimular.


MAGNA podría continuar con su actividad extractiva en otros puntos de la Comunidad Foral, en ese 80 % del territorio sin protección. La cerrazón en abrir la mina a cielo abierto en Antzeri, va más allá de la mera  extracción del mineral de magnesita, es una grieta que pretenden abrir para anteponer y consolidar el interés privado al general, por muy protegido que sea el lugar elegido. Con tu apoyo y contribución lograremos evitarlo.







lunes, 11 de marzo de 2013

FINAL DE INVERNADA EN TXINGUDI


La bonanza de estos primeros días de marzo, ha hecho eclosionar la primavera. Todavía no lo es de calendario, pero el aumento gradual de las temperaturas y de la luz, se percibe en la actividad de las propias aves.

Esta misma semana se anuncian notorias bajadas de temperatura, pero estos altibajos ocasionales, pueden considerarse los últimos estertores de un invierno apunto de expirar.

Aprovechamos este próximo final de estación, para hacer un repaso a las aves observadas durante la invernada en las Marismas de Txingudi. Este complejo estuarino de gran riqueza ecológica, es punto estratégico clave para la numerosa avifauna que reside, inverna o arriba en sus pasos migratorios.


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Una de las aves a destacar en esta invernada ha sido el Colimbo grande, visitante regular aunque escaso de este entorno protegido.

La singularidad ha estado en el número –cinco ejemplares-, que han simultaneado su presencia en la zona. Raro ha sido el día en que no se pudiera contemplar alguno, desde cualquier zona del estuario en que nos encontráramos.

Se alimentan profusamente aprovechando la pleamar y se han podido disfrutar a escasa distancia.


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COLIMBO GRANDE

También nos ha acompañado un Colimbo chico, que se retuve unos días. Esta especie se observa casi todos los inviernos en las costas atlánticas, y más raramente en zonas del interior, siendo invernante escaso o raro en Txingudi.

El Colimbo chico es el más pequeño de la familia de los Gávidos y se distingue por su pico delgado y cónico. Tiene, además, una ligera curvatura en la punta, tal como se puede apreciar en la primera imagen.




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COLIMBO CHICO


Aunque es especie sedentaria en algunos embalses del interior de Gipuzkoa, el Somormujo lavanco se observa en Txingudi en invierno y de manera muy escasa. Estos últimos días, sin embargo, se han podido contabilizar hasta cinco individuos.

Las anátidas, no han ofrecido grandes sorpresas. Han pasado la temporada unas pocas unidades de Porrones comunes (4) y otros pocos Moñudos (hasta 5 individuos). Algún Tarro blanco esporádico, unos cuantos Cucharas, un buen número de Frisos y abundantes Cercetas comunes…


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CERCETA COMÚN

Otra anátida que se ha dejado ver es el Negrón común. Este pato marino de la Europa más norteña, es migrador habitual por nuestra costa gipuzkoana, formando pequeños bandos o “trenes”. De ello somos asiduos testigos desde nuestro punto de observación en el cabo de Higuer (RAM).

En este caso, lo hemos visto discurrir en las apacibles y nutritivas aguas de la desembocadura del Bidasoa. Al menos se han visto dos efectivos, uno al principio de la temporada y otro al final, en los dos casos hembra.


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NEGRON COMÚN

Especie accidental en Txingudi, esta Barnacla carinegra lleva casi toda la temporada entre nosotros, deambulando entre Belzenia en la zona francesa y la isleta de Itzaberri, lugar de la instantánea.


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BARNACLA CARINEGRA




Son muchas las avecillas que aprovechan el ámbito geográfico de este humedal para sobrellevar la invernada. Durante esta época los residentes se mezclan con los migrantes y hemos podido observar, entre otras muchas aves, Mitos, Escribano palustre, Camachuelo, Reyezuelo listado, Estornino pinto, Gorrión molinero, Curruca capirotada, Lúganos…

Los frutos del Aliso, que semejan una diminuta piña, constituyen un reclamo irresistible para estos últimos.


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LÚGANO


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MITO


Las Garcetas comunes y Bueyeras siguen aprovechando la aliseda de la laguna de agua dulce como dormidero.

Los limícolas son un valor seguro en Txingudi, ya que podremos disfrutarlos en cualquier época del año. No se han producido las grandes concentraciones de Zarapito real de hace dos años, pero, sin embargo, ha habido un elevado número de Chorlitos grises, y han sido prolíficos los Correlimos comunes. Tampoco han faltado Avocetas, Archibebes claros y Comunes, Vuelvepiedras, Chorlitejo grande, Zarapito real y Trinador, se vio alguna Aguja al principio de la temporada…
 
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CORRELIMOS COMÚN


Habitante del Artico, asiduamente relacionamos al Escribano nival con la tundra y las praderas de cumbres montañosas. Sin embargo, cuando migra a zonas más templadas, también suele aparecer en zonas costeras, aunque es poco frecuente localizarlo en nuestro entorno.

Este bello ejemplar que contemplamos recaló en la playa de Hendaia-Chingoudy francés-, donde brillaba con luz propia, con esos tonos tan llamativos.

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ESCRIBANO NIVAL


Con todos los primos alados que tienen a su disposición, es lógico que unas cuantas rapaces tengan este humedal como zona de campeo. Como más destacado, se han podido ver el escaso Gavilán, y un espléndido y raro Esmerejón.
Para este último, de aspecto robusto y rollizo, aunque no mucho más grande que una Torcaz, la Península Ibérica es lugar de invernada habitual, donde suelen localizarse normalmente individuos solitarios.

El más pequeño de los halcones europeos, es especie accidental en Plaiaundi y su presencia nos ha entretenido durante varias semanas. Se le ha localizado emperchado en los árboles de porte cercanos al Aeropuerto, que utiliza como oteadero.

ESMEREJÓN


El Avión roquero es un ave residente común o moderado en Plaiaundi. Habita en cantiles y paredones de muy diversa altitud en la costa y en el interior, y en ocasiones, en construcciones humanas.

En las regiones con inviernos poco severos como la nuestra es especie sedentaria, aunque dependiendo de las condiciones climáticas, pueden realizar cortos desplazamientos, de carácter altitudinal. Precisamente en los días en que se han producido en Gipuzkoa cortos temporales de nieve, se han acercado hasta Plaiaundi. Aquí les vemos en el tejar del propio Centro de interpretación-Txingudi Ekoetxea.

 
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AVION ROQUERO

Para finalizar este repaso, mencionaremos a unos simpáticos buceadores, que acostumbrar a dejarse ver casi todos los inviernos. De pequeño tamaño, aparecen y desaparecen en la lámina de agua, alimentándose de cualquier animalillo acuático, ya sean pececillos, moluscos, pequeños anfibios…

Aunque en invierno presenta un plumaje más monótono, en estos últimos días alguno de los ejemplares ya se adorna con algunos retazos de su bella librea nupcial.


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ZAMPULLIN CUELLINEGRO

Habrá que comentar que también se ha podido advertir la breve presencia de Charrán patinegro, Pagaza piconegra y un Págalo parásito, este último en los limos de Itzaberri. Además un Martinete adulto nos visitó durante tres días y tres Gansos recalaron en l´Ile aux oiseaux otros pocos días.

Este ramillete de especies mencionadas, da idea del valor de estas Marismas, consideradas por su valor ecológico, como una de las más importantes del norte peninsular.


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Texto: A. Valiente
SEO-Donostia


martes, 5 de marzo de 2013

RAM

Alcatraz subadulto



No se trata de la memoria de un ordenador, una marca comercial de leche o un disco de Paul McCarney. Cambiando el orden de la 1ª y 3ª de sus letras está su esencia: MAR

Faro de Higer

La Red de Observación de Aves y Mamíferos Marinos (RAM) establece un protocolo que recoge las citas de estas especies a lo largo de la costa española y portuguesa. Son censos coordinados, simultáneos en el tiempo, desde 55 cabos, que se realizan en torno al primer sábado de cada mes. 


Nosotros, desde el cabo Higer, en la localidad de Hondarribia (Gipuzkoa), mirando al mar (como decía la canción) tratamos de registrar minuciosamente los trasiegos de estas especies marinas para contribuir al proyecto y dejar constancia de la riqueza ornitológica de este espacio en el extremo Este del Cantábrico.

Falaropo picogrueso

Estamos implicados en el censo desde sus orígenes, es decir noviembre de 2005, cuando solo se abarcaba la costa norte peninsular, desde Corrubedo en Ribeira (A Coruña)  hasta justamente nuestro Higer. Más tarde la RAM  amplió su cobertura a toda la costa peninsular, incluido Portugal, más Ceuta, Melilla, tres cabos baleares y Madeira. 


A finales de 2007 este proyecto RAM se integra en Trektellen, proyecto paneuropeo donde participan observadores, igualmente voluntarios, de Holanda, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Alemania. 

Alcas

Mucho ha llovido desde aquel noviembre ´05 (aunque también sol hemos tenido) y  muchas las horas de observación acumuladas y muchas las anotaciones, también es considerable el número de gente que ha participado y participa activamente, tanto de nuestro grupo local como simpatizantes del mismo. Voluntarios con la motivación principal de contribuir en una red europea que trabaja en el seguimiento de las aves, sus movimientos migratorios y la aportación de datos para su conservación. 




Observar, identificar y contar aves marinas, tiene sus propias peculiaridades dentro de la ornitología. La mar es otro “mundo” y asomarse a él, aunque solo sea sobre su superficie y desde tierra, condiciona nuestra percepción de la Vida.

Gavión atlántico

De algún modo, participar en estos censos es un cursillo práctico permanente, tanto como iniciación en esta “disciplina” como de perfeccionamiento con la práctica. Compartir experiencias, centrarse en el conteo sin renunciar al placer de observar la belleza de las aves y sus evoluciones, sin bajar la guardia ante posibles avistamientos especiales, gratifica con creces las inclemencias que a menudo toca resistir, desde los temporales a la intemperie a las “calmas chichas” de algunas jornadas estivales.


Estemos los que estemos sobre el rompiente, percibimos la sensación de nunca estar solos, sabiendo en que sobre multitud de acantilados, en muchísimos cabos, hay gentes apostadas con sus ópticas con la que formamos un enorme equipo con un fin común. A todos ellos, con nosotros incluidos, está dedicada esta entrada.









No solo son especies marinas las que transitan por las inmediaciones del cabo. En las fechas coincidentes con la migración se aprecia el uso de este corredor por un amplio abanico de aves, algunas sin vinculación alguna con el mar.

Ánades rabudos y cucharas

En la actualidad hacemos el censo desde dentro del recinto del camping de nombre homónimo al del cabo y hemos de reconocer las facilidades que siempre nos han dado para el desarrollo de esta actividad. Algunos otros puntos adyacentes también nos han servido de apostaderos pero, como decimos, desde hace más de cinco años censamos desde el privilegiado mirador del camping Faro de Higer.



Fotos: Ramón, Joselu, Joseba, Maxi y Xabier