Os voy a llevar a una playa danesa, donde cada verano tengo la suerte de pasar mis vacaciones. Esto año ha sido durante los meses de julio y agosto. Se trata de un sitio muy especial. Para llegar a la playa, hay que pasar unos 200 m de bosque con pinos, abetos, robles y abedules. Luego se sale a terreno abierto con unos humedales muy bonitos. Por unos puentes se llega a una playa de dunas, algo salvaje - una zona muy conocida por su riqueza de aves.
Este año, la primavera ha sido mucho más fría que lo normal y muchas aves se han ido a otros lugares más idóneos, pero siempre queda algo por que alegrarse.
Cada día las Palomas Torcaces nos visitaban en nuestro terreno.
También los Picapinos venían muy a menudo, siempre avisándonos de su llegada con un grito corto y agudo o dejándose notar por su tamborileo repetido. Hay que admitir que nos servimos de bolas de comida en los arboles para atraer a nuestros amigos. Si no, todos van a casa del vecino.
Los Trepadores se dejaban ver muy a menudo, visitando su pino favorito. ¡Con qué facilidad suben y bajan por los troncos! Nos dejaban ver muy claramente su pecho y el centro del vientre de color blanco y no como aquí que tienen un color cobrizo.
En el bosque se ven o se oyen muchos parajitos pequeños (Pinzones, Carboneros Comunes y Lúgubres, Herrerillos, Reyezuelos, Verderones, Camachuelos, Pardillos Comunes, Mosquiteros Comunes, Mirlos, Agateadores y Escribanos Cerillo).
Pero lo que más llama la atención es la riqueza y la diversidad de aves que se juntan en la playa. Durante la salida del sol están ahí muy tranquilas y es el mejor momento para observarlas. Nadie las molesta, ya que servidora se mueve muy discretamente. Están a lo suyo, que es comer y comer. Se ven bandadas bastante grandes de Gaviotas Reidoras, Charranes, Cormoranes y un montón de Limícolas (Ostreros, Chorlitejos, Chorlitos, Avefrías, Correlimos Gordos, Archibebes, Agujas y Zarapitos). También las lavanderas se encuentran muy a gusto entre los pequeños arbustos de hierba que hay en la arena y no paran.
No obstante, el pájaro que más se pasea por todas las partes – en la playa, cerca de los jardines y en el campo de trigo – es la corneja cenicienta. Arma siempre escándalo y la gente la tiene manía, no menos por romper los nidos de los pajaritos pequeños, lo que de todas maneras no quita que es un ave impresionante.
Y no vamos a olvidar los Patos. Siempre hay algún Tarro, muchos Azulones, algunas parejas de Serretas y algún Cisne. Y como en todas partes, también ahí se ven las Fochas defendiendo sus territorios. Este año había pocas Garzas, pero en vez tuvimos la suerte de ver una Lechuza Campestre sobrevolando el humedal. Fue precioso ver su vuelo tan bajo y tan silencioso.
A finales de las vacaciones, se apreciaba como los Estorninos, las Avefrías y los Ansares Comunes se iban juntando, preparándose para el gran viaje al sur. Estaban inquietos.
Viviendo ahí una temporada es una gozada. Te sientes muy cerca de la naturaleza tan bella que hay en nuestro planeta y no hay un día sin ver algún ciervo, liebre, faisán o zorro. ¡Ojala siga todo así y que cada día haya más gente dándose cuenta de que tenemos que cuidar todo aquello al máximo!
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