domingo, 3 de abril de 2011

Por ERLAITZ, BIANDITZ y JAIZKIBEL


Los caballos que pastan por nuestros montes, son esencialmente los mismos que pintaron en las paredes de Ekain nuestros lejanos antepasados. Este potrillo sestea en un florido prado de montaña en Erlaitz y su sueño nos transporta, como el vuelo de campeo de la gran planeadora, por tres de los parajes más hermosos de nuestro entorno.


El ciclo de la vida y las estaciones es una renovación continua, por mucho que se repita cada año, siempre es nuevo. Los cambios son grandes, pero muestran una permanente transición. La vegetación despierta sus luminosos verdes pero las cumbres aún conservan la blanca capa de la nieve.


Las aves que pasaron el templado invierno entre nosotros, van marchando al norte para engendrar una nueva generación. Las que se fueron más al sur, para sobrevivir a esta estación, ya están retornando para criar a su descendencia. Por aquí y por allá la actividad es constante y los cantos territoriales, los de seducción y los reclamos de cohesión de los bandos en migración, llenan de sinfonías el paisaje.



De entre las que van llegando, algunas son casi emblemáticas, el Cuco, la Abubilla o el Torcecuello que junto a Currucas, Colirrojos reales, Collalbas grises y muchos más, se suman a los residentes que también despiertan su vitalidad en estos comienzos de la primavera.

Por aquí un recién llegado Torcecuello:



Por allí una Collalba gris:



Un poco más cerca un Mosquitero:


En la punta de una rama un Acentor:


Más arriba un recién llegado Milano negro:

“ En cada momento, las distintas zonas tienen su especial atractivo, como ocurre con Bianditz, que este año se ha hecho famoso por el fenómeno del dormidero de Pinzón real. Pero a veces la naturaleza de un entrono invita a volver a investigar un poquito más.”

“Hoy por la mañana me he ido a Jaizkibel. Día precioso aunque al principio le ha costado levantar, unos 10 grados y nada de viento. A mi llegada unos Acentores subidos en las copas, cantando sin parar.”

“Cantos incansables de verdecillo, Colirrojo tizón, Tarabilla común, Chochín, Carboneros, Pinzones, Pardillo, Mosquiteros, Bisbitas y Verderón. Muchos individuos de Petirrojo, Reyezuelos* y Zorzal. Bueno, el monte está efervescente de cánticos y vida.”

* Curiosamente abundaban más los sencillos que los listados, cuando lo habitual es ver listados y solo ocasionalmente algún sencillo.



Pero no todos se quedarán. Esta piña nos muestra que algunos invernantes aún no han partido, pero pronto lo harán. Son los Piquituertos, que están extraordinariamente dotados para acceder a las semillas de las coníferas que constituyen su alimento. La prueba es reciente, escuchamos un poco y oímos los pequeños restallidos al romper las acorazadas piñas…no pueden estar muy lejos. Miramos con detenimiento entre los árboles y allí están.



Más discreto otro de los que nos dejarán ya pronto, el Lúgano:


Por el cielo se aleja uno de los últimos Milanos reales:


¡ Que siga girando la rueda de la Vida, que las estaciones se engranen en interminable sucesión y que tanto nosotros como nuestros descendientes podamos seguir impregnándonos de esta cadena de sucesos tan maravillosos !

Kirsten, Zuriñe, Javi, Mikel, Joselu, Benito y Xabier


1 comentario:

  1. Hola! Qué gran blog! Os escribo por si os gustaría añadirlo a www.donostiblogs.com ! Seguro que a nuestros lectores les interesaría entrar en este blog!

    Seguid así!

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