Situado frente al Portillo Granada, a un par de kilómetros al oeste del puerto de Ibañeta, a 3.000 metros , a vuelo de pájaro, de la colegiata de Orreaga-Roncesvalles y a 1.216 metros s.n.m. Esta jornada festiva en Gipuzkoa, nos ha traído, una vez más, a este estratégico punto en el paso migratorio de muchas especies del centro y norte de Europa, camino de sus cuarteles de invernada en África.
Las previsiones metereológicas no podían ser mejores: Cielos despejados y suave viento del Sur.
Cargados con mucha ilusión y entusiasmo, los trastos de mirar, los de sentarse, los bocatas y un buen acopio de agua fresca, subimos los 500 metros , desde el aparcamiento hasta la loma que fuera atalaya militar napoleónica. Hoy, ya lejanas las contiendas bélicas, es apostadero inmejorable desde donde observar el cruce de la frontera pirenaica por un importante contingente de aves, al igual que hacen los peregrinos xacobeos por tierra.
Al llegar arriba nos encontramos con los voluntarios que cubren el proyecto Lindux, llegados ex profeso desde muy distintos orígenes. Ellos cubren jornadas de 11 horas seguidas de observación, día tras día, para obtener un censo riguroso del paso migratorio por este collado. Tras los saludos cordiales nos ponen al corriente de las últimas novedades, las pocas novedades. Los dos días anteriores, pese a presentar idénticas y prometedoras perspectivas, se han saldado con una lista extremadamente corta. En esto no hay reglas fijas y si hay que esperar, esperaremos, que para eso hemos venido.
Un Aguilucho lagunero, macho, identificado de inmediato por los ojos expertos, aparece por el frente y en pocos aletazos rebasa nuestra posición. “Ha cruzado” canta el responsable del grupo. También nosotros hemos cruzado el horizonte pesimista y sentimos que esto se va a animar. Los Buitres leonados, con su imponente envergadura, vuelan sin esfuerzo sobre promontorios y vaguadas. Pasan tan cerca que sus sombras casi nos alivian de los rayos del astro abrasador.
Pero las horas van pasando y lo que crece no es el número de migradoras, sino los grados de temperatura. Un sol de justicia va buscando su zenit, pero impertérritos como las moles de la cordillera que se ven en la distancia, soportamos el calor y buscamos refrescar los ánimos con comentarios jocosos:
“¿Qué es un Tringa tontainus? … Un Archibobo común.”
“¿Cuál es el pato más español? … El Porrón pompero.”
Pero la relajación es solo aparente, y alguien avisa: “Las reales en vuelo”. Como un resorte todos nos incorporamos y clavamos las miradas para no perder detalle. Sabiéndose admiradas, la pareja de Águilas reales residentes en la zona, que acostumbran a permanecer posadas en una cresta rocosa a más de 2 Kilómetros , han decidido hacer unos vuelos acrobáticos a unos cercanos 500 metros . Es emocionante y nos resulta breve el espectáculo y pronto volvemos a las posiciones de “descansen”.
A estas horas y con todo tan parado, lo mejor que se puede hacer es dar cuenta de los bocatas e intentar alejar de la mente la negativa idea de que hoy no va a ser un día memorable. El crooock, crooock, de una pareja de Cuervos casi es una nana que invita a la siesta, mientras nos mece una brisita que no refresca, pero agrada.
Pero no va a ser Morfeo quien nos gane la partida. Son casi las 4 y un Abejero pasa por la izquierda, recortando su silueta sobre el horizonte del Larrun.
Tras de este ejemplar no viene un vacío y de inmediato otro punto del horizonte se convierte en un precioso macho de Aguilucho cenizo, que nos mira con curiosidad cuando pasa a nuestra altura.
Otro Abejero, de un grupete de 6, toma la iniciativa y se decide a cruzar la “muga”.
Sus compañeros van ganado altura y también se deciden a traspasar la barrera.
Alguno ignora nuestra presencia y nos sobrevuela, permitiendo que admiremos su belleza y aumentando más aún esta pasión y respeto que sentimos por las aves.
Esto ha empezado y tanto el calor como la apatía, se van tras el vuelo de estas rapaces. Otro lagunero pasa cerca, algún Alcotán y más y más Abejeros.
Mientras controlábamos a un pequeño enjambre de Abejeros alguien cantó “otra pescadora” y esta nos apareció de repente, dejando que el sol que empezaba a declinar, sacara a relucir su blanquinegro plumaje.
Ilargi-Selene tampoco quería perderse el momento y, viéndola por el rabillo del ojo, nos avisaba que pronto sería ella la reina del firmamento.
Con el sol ya próximo a las suaves lomas del poniente, más Abejeros rebasaban la puerta de entrada a la península alumbrados por una cálida luz horizontal.
Ya es hora de ir recogiendo todos los pertrechos e ir emprendiendo el camino de regreso. Los telescopios en las fundas, trípodes y sillas plegados, pero los ojos dispersos por las lomas y el infinito, pues aún siguen pasando alas sobre nosotros. Desde la orilla del sendero de descenso, otro Abejero, otra pescadora, desde el aparcamiento un joven cenizo y otro más. Los aviones zapadores y comunes que todo el día han pululado por las cimas, también se retiran, mientras tratamos de intuir dónde pasarán la noche.
Al final repasamos lo visto, sin apuntes y con el placer de evocarlo:
Poquitos paseriformes, con algunos fringílidos s.p., Mosquiteros comunes (escuchados) y un bandito de 8 Lavanderas boyeras. Las rapaces coparon todo el protagonismo:
7 Águilas pescadoras, 5 Alcotanes, un peregrino (Halcón), unos 10 Aguiluchos, entre cenizos y laguneros, una hermosa Águila culebrera, que casi se nos va sin verla, un par de Milanos reales, la “Reales”, dos calzadas, algún Cernícalo y entorno a 80 Pernis.
Alguien apuntó que no vimos ninguna Cigüeña negra como argumento para volver pronto, como si nos hiciesen falta razones para volver…
En resumen, una preciosa jornada en este “punto caliente” del Pirineo Navarro, disfrutada en grupo y de la que queremos haceros partícipes desde aquí.
Nos reservamos para nosotros el soñar esa noche con las evoluciones de tan magníficas criaturas.
Juanjo, Zuriñe, Judith, Mikel, Joseba, Jorge, Ricardo, Joselu y Xabier
“Un día más de un año más, desde las trincheras de la pasión asomamos nuestros cañones de cristal, en busca de la Libertad en forma de alas”
Felicidades...joder qué narración más ....grandiosa, coño!
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