Desde su construcción, diversas organizaciones conservacionistas venimos denunciando la trampa mortal que supone para las aves la existencia de la estructura acristalada de la fachada posterior del Palacio del Duque de Mandas, curiosamente sede del Centro de Recursos Medioambientales del Ayuntamiento y de su Departamento de Medio Ambiente.
Esta estructura acristalada confunde a las aves que al intentar atravesarla impactan a gran velocidad sobre el cristal. Zorzales, Mirlos, Txantxangorris, Currucas y hasta Arrendajos son periódicamente retirados con sigilo por operarios de mantenimiento a primera hora de la mañana.
Estos impactos aumentan al encontrarse en el interior de esta estructura plantas de gran porte a las que las aves intentan acudir para posarse. Al llegar la noche, contrariamente a lo que pudiera parecer, el peligro se incrementa. Las luces del interior de la estructura actúan como un imán para las aves, como hemos podido observar esta misma semana.
Pero no solo ocurre esto en el Parque de Egia, también en otras zonas acristaladas de la ciudad como en el nuevo ascensor del Aquarium, o en las pantallas acústicas instaladas por la Excma. Diputación Foral de Gipuzkoa en nuestras carreteras.
Insistimos en nuestras recomendaciones para que se estudie con seriedad y de una vez por todas este problema a fin de conseguir soluciones, compatibles con los criterios de conservación y arquitectónicos, que puedan derivar en normativas sobre las nuevas construcciones y que permitan minimizar estos lamentables sucesos.
Esta estructura acristalada confunde a las aves que al intentar atravesarla impactan a gran velocidad sobre el cristal. Zorzales, Mirlos, Txantxangorris, Currucas y hasta Arrendajos son periódicamente retirados con sigilo por operarios de mantenimiento a primera hora de la mañana.
Estos impactos aumentan al encontrarse en el interior de esta estructura plantas de gran porte a las que las aves intentan acudir para posarse. Al llegar la noche, contrariamente a lo que pudiera parecer, el peligro se incrementa. Las luces del interior de la estructura actúan como un imán para las aves, como hemos podido observar esta misma semana.
Pero no solo ocurre esto en el Parque de Egia, también en otras zonas acristaladas de la ciudad como en el nuevo ascensor del Aquarium, o en las pantallas acústicas instaladas por la Excma. Diputación Foral de Gipuzkoa en nuestras carreteras.
Insistimos en nuestras recomendaciones para que se estudie con seriedad y de una vez por todas este problema a fin de conseguir soluciones, compatibles con los criterios de conservación y arquitectónicos, que puedan derivar en normativas sobre las nuevas construcciones y que permitan minimizar estos lamentables sucesos.
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