miércoles, 10 de agosto de 2011

LES OULETTES DE GAUBE


Uno de los lugares que no hay que perderse, cuando se visita el departamento de Hautes Pyrénées en el sur de Francia, es “Le Pont D’Espagne”, cerca de Cauterets. Es famoso por sus cascadas y bonitos paisajes.


Nosotros lo visitamos un soleado día de mediados de junio, y después nos propusimos hacer una excursión, muy conocida en el mundo montañero, que partiendo de allí llega hasta el refugio des Oulettes de Gaube, un refugio de montaña situado a 2.151 m. de altitud en un espectacular valle donde se encuentra el 2º glaciar más grande de los Pirineos; enfrente se observa la cima más alta del Pirineo francés: Le Vignemale, de 3.298 m.

Soy el de la mochila azul y aunque no se aprecie tengo la boca abierta y los ojos desorbitados.


La primera sorpresa nos la llevamos poco después de nuestra llegada, en uno de los primeros saltos de agua, un adulto de mirlo acuático se hallaba colgado en la pared rocosa.


Después de este comienzo tan prometedor cogimos un telesilla para acercarnos al lago de Gaube, bonito lago de origen glaciar situado a 1.725 m. de altitud

Lago de Gaube con el Vignemale al fondo

Este Ibón lo bordeamos por la margen derecha y después de sobrepasarlo continuamos por un sendero de montaña, siempre  a orillas del gave des Oulettes, torrente pirenaico que nace en el glaciar que nos conduciría, después de más de 5 Km., al Refugio.



Al fondo Le Vignemale


En las orillas del lago, que estaban pobladas de abetos y pinos, se nos posó bastante cerca un Acentor común.



Estuvimos largo rato deleitándonos con las idas y venidas de un Carbonero garrapinos que llevaba cebas para unos retoños que no logramos localizar con los prismáticos.


Cuando íbamos cogiendo altura y desaparecieron los árboles  sólo se veían volando Buitres leonados y Chovas, que suponemos serían piquigualdas, y por los prados unas pequeñas aves que luego descubriríamos que eran Bisbitas alpinos.




Pero los auténticos protagonistas de esta jornada tenían pelo en vez de plumas. Cuando estábamos cerca del refugio y a una altitud de unos 2.000 m. empezamos a ver familias de Marmotas que tomaban el sol sobre las piedras o retozaban alegremente en la hierba, y lo extraño, para nosotros al menos, es que no eran muy asustadizas y se dejaban acercar lo bastante para fotografiarlas, (Begoña me llegó a preguntar si mordían… podéis ver sus incisivos en una de las fotos). Fue emocionante verlas tan cerca porque la experiencia que teníamos, de otros viajes por el Pirineo Oscense, es que están siempre vigilantes y se alejan enseguida.




Mereció la pena perder el telesilla de vuelta (llegamos a las 19 h. y cierran a las 17 h.), y tener que descender más de 200 m. de altitud por un camino de piedras horrible, porque fue una aventura inolvidable que recomendamos a todos vosotros, no sólo por los avistamientos de Marmotas y Bisbitas alpinos sino por el grandioso espectáculo con que la Naturaleza nos recompensó al final del camino, al llegar al Refugio Des Oulettes de Gaube, y contemplar el glaciar y la mole del Vignemale.


José Luis & Begoña

lunes, 8 de agosto de 2011

PLUMA CAIDA (Otra más)


No nos resulta agradable, aunque si necesario, hablar de este tema ni mostrar este tipo de imágenes. A los amantes de las Aves y de la Naturaleza en su conjunto, nos duele muy íntimamente, esta y otras evitables consecuencias de no tratar con respeto a las criaturas con las que compartimos la Tierra. Son muchos miles de kilómetros de tendidos eléctricos los que cruzan cualquier país “civilizado” y el problema va más allá de la evidente contaminación visual que afea el horizonte. La demanda de energía “justifica” la inmensa red de cables que, suspendidos de torres, atraviesan casi cualquier paisaje, miremos donde miremos. Y como no podemos mirar para otro lado, debemos recordar y denunciar una de las nefastas consecuencias que acarrea el “desarrollo” que no ve, o no quiere ver, el daño que provoca.


Conscientes, como sociedad, de lo invasivos e incluso dañinos que podemos resultar para el entorno natural con nuestro “estilo de vida”, creamos zonas de protección, que aún suponiendo un porcentaje escaso del territorio, pretenden preservar valores y especies naturales. Se debería ser escrupulosamente cuidadoso con las actividades, usos e intervenciones en estos espacios, priorizando la protección de los mismos sobre los intereses ajenos a los valores protegidos.


Lamentablemente “nuestras necesidades” no son una supuesta o potencial amenaza para el entorno natural, incluyendo espacios protegidos, sino una eufemística “afección negativa” sobre las criaturas que requieren de ese entorno natural para poder sobrevivir.


De hecho y con respecto a las colisiones y electrocuciones de aves en tendidos eléctricos existen multitud de informes y estudios donde se constata, no ya el peligro que suponen, sino una terrible realidad. Baste como ejemplo algo de lo publicado por SEO/BirdLife o el propio Ministerio de Medio Ambiente:

Según el Ministerio de Medio Ambiente los tendidos eléctricos provocan cada año la muerte de 25.000 aves (muchas de ellas en peligro de extinción) ya sea por COLISION en vuelo con cable o al ELECTROCUTARSE cuando se posan en apoyos especialmente peligrosos.


ELECTROCUCION (Si al posarse un ave en una línea toca dos cables simultáneamente, o si al posarse sobre una torreta metálica toca un cable, se produce una descarga eléctrica sobre el ave, que normalmente causa la muerte inmediatamente)

COLISION (que suele ocurrir en condiciones de escasa visibilidad y afecta a un gran numero de especies que al volar chocan con lo cables suspendidos)


Los accidentes en la red eléctrica son la primera causa de mortalidad no natural para especies como Avutarda y distintas rapaces.

Según SEO en 10 años, se contabilizaron 200 Águilas perdiceras y en los últimos 15 años han muerto 120 Águilas imperiales cuando hay 220 parejas reproductoras


Cada vez se va tomando mas conciencia del problema tanto por las empresas responsables de los tendidos como por las administraciones que evalúan la incidencia ambiental de dichas infraestructuras, diseñando torretas menos peligrosas, aisladores y señalización de tendidos. Pero no se hace con la rapidez y eficiencia que son precisas.



Una buena mañana de paseo y observación por uno de estos espacios protegidos, puede verse enturbiada al encontrarnos con solo una muestra de lo mortífero que resultan estos tendidos eléctricos sobre nuestras aves. Solo una mínima parte de las aves que sufren estos “accidentes” son localizadas. Evitar, o al menos reducir estas muertes, es proporcionalmente sencillo y barato y numerosas experiencias lo han demostrado. Los costes económicos de estas medidas son realmente ridículos en relación a las cifras que mueve el negocio de las compañías eléctricas, más aún cuando los “puntos negros” de esos tendidos están localizados. Otra cosa es la toma de conciencia y la voluntad de quienes deben poner en práctica las medidas necesarias que eviten esta continua sangría.


En el Parque Natural Aiako Harria, en esta ocasión es un joven Buitre leonado el que ha caído en esa trampa permanente, que día y noche, con independencia de las estaciones, condiciones atmosféricas o los ciclos vitales de las especies, acecha impasible para cercenar la vida de las desafortunadas criaturas que se topen con ella en su camino. Toda especie silvestre, por el hecho de serlo, ya es merecedora de protección, pero cabe recordar que en este espacio (Lugar de Interés Comunitario ES 2120016) crían y habitan especies catalogadas dentro de las figuras de máxima protección, reconocidas por las mismas autoridades e instituciones que no muestran agilidad ninguna por solventar problemas de esta gravedad.  


Joselu G. Quintas, SEO/Birdlife Donostia

jueves, 4 de agosto de 2011

MILANOS NEGROS


Este martes, 2 de agosto, en un pequeño pueblo de origen celtíbero al sur de la provincia castellana de Soria, llamado Baraona "de las Brujas" por celebrarse antaño en el lugar numerosos aquelarres. Un amigo residente y buen conocedor de la fauna local, Alfonso Olmo y yo, pudimos divisar un gran bando de milanos negros juntándose para dormir en pleno periplo migratorio.


Eligieron para formar el dormidero una chopera con árboles grandes y altos cerca del pueblo, casi la única masa arbórea de gran porte en muchos kilómetros a la redonda.


Iban llegando del norte en un goteo continuo hasta un mínimo de trescientos ejemplares, que se alborotaban ante cualquier ruido, como el repicar de la campana al son de las 8 o de las 9. Fueron momentos una mezcla de incredulidad y admiración ante el "enjambre" que parecían cuando revoloteaban en torno a una reina con hojas de mimbre. 



Algunos más asustadizos unos 150 formaron un predormidero en un rastrojo cercano hasta que se metió el sol por el horizonte momento en el cual regresaron al abrigo de los árboles.

¡ Todo un espectáculo de la naturaleza !


Javi M. Olmo

jueves, 28 de julio de 2011

POR TIERRAS NAVARRAS


Estos dos últimos fines de semana y para esquivar el mal tiempo que nos hizo por Gipuzkoa, algunos miembros de SEO Donostia  nos adentramos por tierras al sur de Navarra,  con las Bardenas Reales como eje a partir del cual fuimos escalonando diversas visitas por otras zonas limítrofes.


Uno de los lugares que visitamos y que fue más próspero en avistamientos fueron los arrozales de Arguedas, allí se multiplicaban las especies avistadas, algunas  como Vencejos comunes, Cigüeñas y Cigüeñuelas, Aviones comunes y zapadores ,  Garzas reales e imperiales, etc. se dejaron ver a menudo, a otras las observamos en menor medida Alcaudones real y común además de un Zampullín cuellinegro  que nos mostró un miembro de Gurelur, muy amablemente, desde el centro de interpretación que gestionan en el arrozal.


Otra zona estratégica que visitamos fue la laguna de Pitillas, con la poca agua que le queda, pudimos ver al galápago europeo sacando la nariz del agua para respirar, divisamos  al Pájaro moscón que salía y entraba fugazmente del carrizo, muchos juveniles de Bigotudo, incluso un  milano negro con una culebra en el pico.


En una zona más al norte, Gallipienzo y entorno, observamos la Oropéndola , Aviones roqueros y un Águila culebrera que rozó nuestras cabezas, también a un Aguililla calzada  no le importó mucho nuestra presencia.


Y ya en la Bardena y enclaves adyacentes, vimos otra vez los dos Alcaudones,  Aguiluchos laguneros y cenizos, un par de juveniles revoloteaban jugando y casi chocando en el aire, un Alimoche y unos100 Buitres leonados disputándose una carroña.






Un bando de 6 Ortegas escapó volando nada más percatarse de nuestra presencia. No pudimos capturarlas con nuestras cámaras, tal y como nos hubiese gustado, pero ponemos estas fotos testimoniales de estas esquivas, especiales  y poco frecuentes aves.



No faltaron los hermosos Abejarucos, Mochuelos (ave del año SEO), Avefrías, Garcillas bueyeras y numerosos paseriformes. Pudimos observar dos rapaces con marcas alares: Un Buitre leonado y un Busardo ratonero, cuando tengamos información de estas dos aves, lo comunicaremos en este blog.


Sirva esta narración como una breve crónica y resumen de lo acontecido.


Zuriñe E., Javier F., Josefi P., Pedro M. y Javi M. O.

domingo, 17 de julio de 2011

VIDA SALVAJE, DENTRO DE LA CIUDAD


La Naturaleza no deja de sorprendernos con su poder de regeneración. En antiguas marismas de la desembocadura de un río Guipuzcoano, tras el abandono de la industria que ocupó aquel terreno, la vegetación y la lluvia han creado un lugar ideal para las aves. De algún modo, la vida natural, en silencio y con paciencia, recupera sus dominios. No es un espectacular paisaje como el de los grandes parques naturales, pero en su pequeño tamaño y su ubicación concentra una riqueza vital asombrosa. Además, su proximidad, lo hace aún más entrañable.


Nada más llegar nos encontramos con las pistas que dejan sus moradores. Señal evidente de que, si tenemos un poco de cuidado y paciencia, podremos averiguar quienes andan y vuelan por aquí. Pero miremos un poco más alrededor.

Es un espacio en medio de la urbe, rodeado de carreteras, vías de tren y casas. Un lugar de
alimentación, cría, descanso y pernoctación de muchas especies aladas.

Un pequeño charco y una pequeña charca dan vida acuática al sitio y la vegetación, con variedad de plantas bajas, flores, arbustos y árboles son refugio, posadero y lugar de cría.

Muy lejos de haber recuperado la fisionomía y equilibrio propios del estuario original, este lugar pugna por albergar un pequeño ecosistema de flora y fauna que, en cierto modo, recolonizan el espacio como auténticos pioneros.





Hay individuos que lo usan diariamente, desde una GARZA REAL, a la que le cuelga la pata izquierda cuando vuela, hasta una pareja de CHORLITEJO CHICO que sacan adelante a un veloz e intranquilo pollito. Una pareja de LAVANDERA BLANCA y su pollo, ya del mismo tamaño y tan activo como sus progenitores, no cesan en su ir y venir. Varias parejas de ZORZALES COMUNES, una con 4 huevos azules celestes y otra con 2 pollos volantones que andan más por el suelo que por el aire. Crecieron rápidamente a base de lombrices y caracoles, pero el último día en el nido la dieta era de bayas rojas. Unos VERDERONES también tienen un pollo volantón, que pía insistentemente para ser alimentado.



Hay más que anidan allí, como: MIRLOS, ZARCEROS, VERDECILLO, COLIRROJO TIZÓN, que en las ultimas horas del día cantan sus melodías al sol. También de GORRIONES, hay una pequeña colonia en un muro lleno de agujeros parece una fortaleza. Unos empollan, otros ceban pollos y otros se dedican al cortejo del amor. Otra pareja de esta especie ha decidido establecer su nido en un emplazamiento poco habitual: La carcasa de una farola fundida a más de ocho metros de altura. El primer vuelo de los gorrioncillos pondrá a prueba la enorme capacidad de supervivencia que demuestran estos pájaros.




Cerca hay un palomar, pero no el tradicional, es urbano y espontáneo. Está debajo del tablero de la N-1, desde el que se oyen los chillidos de los recién nacidos pichones. Los adultos usan el charco para calmar la sed diaria, al igual que todas las especies mencionadas. A últimas horas del día van apareciendo JILGUEROS a por su ración del líquido elemento, al igual que una TORTOLA TURCA que no falla a su cita diaria, en ocasiones en solitario y en otras con unas cuantas congéneres más. Otro incondicional es un ANDARRIOS CHICO que camina con su movimiento de cola peculiar.




Las oportunistas son las GAVIOTAS PATIAMARILLAS que rastrean la zona en busca de algún suculento bocado en forma de polluelo.




Luego esta la charca, que tiene más agua que el charco. Allí suele estar nuestra amiga la GARZA acompañada de dos, vigilantes y atentas a todo lo que se mueve, hembras de ANADE REAL. Ocupadísimas ambas en cuidar sin descanso, una a 7 pollitos y otra a 3 de estos mulliditos pequeños patos.


Lugares en apariencia inútiles y estériles, vertederos  de la sociedad, pero en realidad llenos de una gran variedad de vida esperando ser observada, amada y querida, en medio del asfalto, luces, ruido y polución. Una muestra de cómo la fuerza de la vida recupera sus dominios, por imposible que nos pueda parecer. Si fuésemos capaces de de “desarrollarnos” de algún modo menos agresivo hacia el medio que nos rodea, comprobaríamos que la armonía con el resto de criaturas con las que compartimos el planeta, es posible.

¡ La Naturaleza salvaje tan lejos, tan cerca !


Joselu & Xabi