Uno de los lugares que no hay que perderse, cuando se visita el departamento de Hautes Pyrénées en el sur de Francia, es “Le Pont D’Espagne”, cerca de Cauterets. Es famoso por sus cascadas y bonitos paisajes.
Nosotros lo visitamos un soleado día de mediados de junio, y después nos propusimos hacer una excursión, muy conocida en el mundo montañero, que partiendo de allí llega hasta el refugio des Oulettes de Gaube, un refugio de montaña situado a 2.151 m . de altitud en un espectacular valle donde se encuentra el 2º glaciar más grande de los Pirineos; enfrente se observa la cima más alta del Pirineo francés: Le Vignemale, de 3.298 m .
Soy el de la mochila azul y aunque no se aprecie tengo la boca abierta y los ojos desorbitados.
La primera sorpresa nos la llevamos poco después de nuestra llegada, en uno de los primeros saltos de agua, un adulto de mirlo acuático se hallaba colgado en la pared rocosa.
Después de este comienzo tan prometedor cogimos un telesilla para acercarnos al lago de Gaube, bonito lago de origen glaciar situado a 1.725 m . de altitud
Lago de Gaube con el Vignemale al fondo
Este Ibón lo bordeamos por la margen derecha y después de sobrepasarlo continuamos por un sendero de montaña, siempre a orillas del gave des Oulettes, torrente pirenaico que nace en el glaciar que nos conduciría, después de más de 5 Km ., al Refugio.
Al fondo Le Vignemale
En las orillas del lago, que estaban pobladas de abetos y pinos, se nos posó bastante cerca un Acentor común.
Estuvimos largo rato deleitándonos con las idas y venidas de un Carbonero garrapinos que llevaba cebas para unos retoños que no logramos localizar con los prismáticos.
Cuando íbamos cogiendo altura y desaparecieron los árboles sólo se veían volando Buitres leonados y Chovas, que suponemos serían piquigualdas, y por los prados unas pequeñas aves que luego descubriríamos que eran Bisbitas alpinos.
Pero los auténticos protagonistas de esta jornada tenían pelo en vez de plumas. Cuando estábamos cerca del refugio y a una altitud de unos 2.000 m . empezamos a ver familias de Marmotas que tomaban el sol sobre las piedras o retozaban alegremente en la hierba, y lo extraño, para nosotros al menos, es que no eran muy asustadizas y se dejaban acercar lo bastante para fotografiarlas, (Begoña me llegó a preguntar si mordían… podéis ver sus incisivos en una de las fotos). Fue emocionante verlas tan cerca porque la experiencia que teníamos, de otros viajes por el Pirineo Oscense, es que están siempre vigilantes y se alejan enseguida.
Mereció la pena perder el telesilla de vuelta (llegamos a las 19 h. y cierran a las 17 h.), y tener que descender más de 200 m. de altitud por un camino de piedras horrible, porque fue una aventura inolvidable que recomendamos a todos vosotros, no sólo por los avistamientos de Marmotas y Bisbitas alpinos sino por el grandioso espectáculo con que la Naturaleza nos recompensó al final del camino, al llegar al Refugio Des Oulettes de Gaube, y contemplar el glaciar y la mole del Vignemale.
José Luis & Begoña
Buena excursion....ejercicio del sano y especies interesantes!
ResponderEliminarSaludos camperos.