domingo, 14 de noviembre de 2010

TRAS EL TEMPORAL


Somormujo cuellirrojo (Podiceps griseigena)


Curiosamente este año, en lo que va de otoño, es la segunda ocasión que aparece por aquí esta nada habitual especie, la primera vez coincidió con el Maratón Ornitológico. En esta segunda ocasión, son dos los ejemplares, no sabemos si uno de ellos es el mismo individuo de hace un mes, pero nos han permitido observarlos con todo detalle. Se da la circunstancia de que el lugar del avistamiento es justo la zona en la que pretenden construir la prolongación del aeropuerto, despreciando su valor ecológico.


En estas fechas y tras un temporal, por Plaiaundi es habitual encontrar especies poco frecuentes o menos abundantes, que movidas por las condiciones metereológicas recalan en el humedal. En ocasiones son migradoras que interrumpen su viaje y buscan refugio en la bahía. Otras veces son desviadas de su camino por los fuertes vientos. Sea cual sea el motivo, Txingudi merece una visita especial cuando se producen estas condiciones.


Curiosamente daba la sensación de que no coincidía ni la fecha ni las especies observadas. Las Palomas torcaces pasan en nutridos bandos volando contra el viento Sur, un bandito de 15 Espátulas no siente ninguna prisa en viajar y se relajan en San Lorenzo. Dos Garcetas grandes, del excepcional grupo de 17 parece que han encontrado un lugar adecuado a sus necesidades, donde encuentran alimento de su agrado.


En comparación a la multitud de los pasados días de mayor temporal, pocas  Gaviotas reidoras y algunas cabecinegras vuelan y descansan sobre las aguas de la bahía. Escasez de anátidas, salvo un grupo de Cerceta común y algunos Ánades frisos. No se ha sediementado ningún Ánsar pese al incontable número de ellos que pasaron en la noche del miércoles y la mañana del jueves.


En la zona de agua dulce no había mucho movimiento. Algunas Agachadizas comunes mimetizadas en la vegetación de las orillas. Una Focha que nos desconcierta acomodada sobre un nido recién construido. El vuelo ingrávido de un joven Fumarel común que acaba posándose en una piedra a disfrutar de los suaves rayos del sol.


No buscamos sensaciones impactantes en Plaiaundi. Apreciar su riqueza con tranquilidad es gozo suficiente. Pero como parece que les ocurre a los Cormoranes, estamos muy a gusto aquí, siempre un poco inquietos, como esperando ese algo especial, que seguro disfrutaremos.


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