domingo, 7 de octubre de 2012

EL DESAYUNO DEL ELANIO


Esta inconfundible rapaz llegó desde Africa y fue colonizando en los años 70 del pasado siglo la mitad occidental de la Península. Desde allí fue expandiéndose en otras direcciones, apareciendo en provincias  tan norteñas como Burgos, Santander, Navarra, Huesca, Lérida, Pontevedra… En Gipúzkoa las citas han sido escasísimas y de muy corta duración.
A pesar de esta extensa propagación, su población no ha variado excesivamente, aunque se considera en ligero aumento.


ELANIO COMÚN

Ave de pequeño tamaño, aunque robusta y alto rechoncha. Tiene un tono general grisáceo, con los hombros negros y las partes inferiores blancuzcas. Hasta los seis meses tienen los ojos marrones, que luego se transforman en el rojo tan característico de este ave.
Los ejemplares juveniles presentan el dorso escamado y el pecho y la cabeza de tono cremoso. 




Tiene un amplio período reproductivo que abarca gran parte del año. Puede comenzar en febrero y terminar a finales del otoño. Dependerá mucho de la disponibilidad de presas y de las condiciones metereológicas.
Construye el nido cada año, aunque puede utilizar el mismo árbol durante varias temporadas. En ocasiones suele estar muy expuesto, ya que llega a instalarlo a escasos dos metros del suelo.



ELANO URDINA

Frecuenta espacios abiertos, dehesas o cultivos de secano con pastizales, pero siempre con arbolado disperso (encinas, quejigos, robles…).
Está considerada como especie sedentaria, aunque durante el otoño realiza movimientos de dispersión.





En una luminosa mañana, localicé el ejemplar de las imágenes en una de sus zonas de campeo. Primero fueron vuelos de reconocimiento, en los que planeaba levantando ligeramente las alas. Luego, en aptitud claramente de caza, daba aletazos entrecortados que combinaba con rápidas caídas sobre sus posibles presas.
En uno de estos lances capturó un roedor y voló raudo hasta uno de sus posaderos. Allí, en su particular sala de despiece, comenzó con su ritual jalatorio.



ELANUS CAERULEUS

Ave ágil y sorprendentemente potente para su tamaño, dio muestras de ese vigor y rapidez a la hora de desgarrar la pieza.
No se puede decir que sea un comensal especialmente refinado. En poco segundos acabó con el infeliz ratoncillo.









Terminado el desayuno, brincó desde su atalaya y me sobrevoló durante unos breves instantes. Lo suficiente para percibir su mirada de fuego, a modo de despedida. Solo fue un hasta luego. Seguro que volvemos a vernos.


09t


La escena acontecía en un lugar del occidente zamorano, en plena Sierra de la Culebra.

Alfredo Valiente

2 comentarios:

  1. Impresionantes las fotos del elanio sin duda un magníficiencia de rapaz un saludo desde mi blog

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  2. Agradezco tu comentario Joanca bs.
    Todas las rapaces tienen su atractivo, pero sin duda, el Elanio tiene un poderoso y singular hechizo.

    Saludos
    Alfredo

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