Partiendo del alto de Plazazelai en la carretera de Orabidea se penetra en el Señorío a través de una escala de madera colocada al efecto y que permite evitar una puerta encadenada. Un suave camino nos conduce hasta la parte baja del Parque Natural junto al Centro de Información, el jardín botánico y el Bidasoa.
A lo largo de este agradable paseo, de unos ocho kilómetros, se atraviesan bosques pirenaicos de baja cota y de de los que nos podemos sentir orgullosos al poder disfrutarlos. En lo alto, el hayedo acidófilo potente, maduro, bien gestionado, con preciosos ejemplares trasmochos y algún viejo castaño tumbado por la edad, cargado de musgos y helechos. Mucha madera muerta en la que se aprecian recientes comederos de pícidos. En los claros, crecen árgomas y brezos.
Más abajo el robledal se hace el dueño. Robles viejos pedunculados, retorcidos y trasmochos con algún rodal de melojo desperdigado, acompañando a abedules, fresnos, acebos y avellanos. Sotobosque empobrecido por el duro invierno pero que cobija a serbales, ruscos y arándanos.
Al final el camino bordea los arroyos de montaña con nutridos bosques de galería, alisedas, con algún arce y olmos que parecen colocados al trasbolillo.
Paseo recomendable para deleitarse en los pájaros forestales. Muchos Carboneros palustres, comunes y garrapinos. Trepadores azules y Agateadores. Gritos de Pito real que al sonar a lo lejos y con el retumbo del eco parece que proceden de las lamias que nos observan huidizas.
Felizmente acompañados por Juan Goñi que sin duda es el mejor baquiano para andar por estos parajes. Al final una visita al Ezpelurra en Santesteban con Aviones roqueros, una Golondrina común y una pareja de Mirlos acuáticos que fueron el broche dorado para esta jornada.
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