Los primeros indicios de las migraciones posnupciales ya las empezamos a apreciar y algunas de las observaciones de nuestro compañero Asier en las donostiarras Riberas de Loyola parecen tener esta traducción.
Salburua también se empieza a poblar con especies que suelen descasar aquí una temporada antes de seguir su marcha. Hay una creciente acumulación de Cigüeña blanca que ya llegan a sobrepasar las 300 y que en esta época se van reuniendo hasta sumar las cinco centenas. Luego se van pero invernan en el humedal un número apreciable.
El otro día campeaba una Aguililla calzada que es habitual en la periferia de Gasteiz pero esta vez estaba acompañada de un par de Halcones abejeros, que ya hoy no se veían, y que presagian el pico migratorio que suele registrarse en Lindux para la última semana de agosto.
Cerca del mediodía se están observando una treintena de Abejarucos cebándose, mientras sobrevuelan los lirios, preparando su viaje al otro lado del Estrecho. Por cierto que la carga de nitratos del freático que emerge en Salburua está permitiendo un desarrollo, quizás exagerado, de las plantas acuáticas.
El nivel de aguas está bajando día a día como es natural en esta época. Afloran islotes fangosos que antes no veíamos y que son la delicia de rálidos y limícolas. El que quiera ver a sus anchas el Rascón común en todas sus edades, que se de una vuelta por Salburua uno de estos días (es recomendable el observatorio de los fresnos, el más cercano a Arkaute).
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