miércoles, 24 de junio de 2009

Parque de Cristina Enea

Hace tiempo que nos hacemos eco de la preocupación de nuestros conciudadanos por los patos (y otras anátidas) con los que suelen adornar nuestros Ayuntamientos los estanques de los Parques urbanos. Arrastramos la tradición de los creadores de los jardines románticos de mediados del siglo XIX y vemos bien mantener abiertos estos estanques pero no lo hacemos en las condiciones con que los diseñaron.

Bien es cierto que en muchas ocasiones los jardines y sus estanques son herencias que ha recibido la ciudad procedentes de residencias urbanas creadas por acaudalados ciudadanos que disfrutaban de jardines en donde coleccionaban espléndidas arboledas y aves exóticas, en una competición entre pares por la que conseguir una planta única o un pájaro raro procuraba más prestigio que el que da hoy en día un Ferrari testarossa.

Pero las condiciones han cambiado. Hoy los jardines no funcionan como en los tiempos de Duque de Mandas cuando solo disfrutaban del lugar los sobrinos que lo visitaban. Hoy los jardines privados se han convertido en Parques públicos y los visitan personas de toda índole y condición. Pero es curioso porque normalmente se respetan las plantas (no siempre) y a nadie se le ocurre talar un árbol, pero con los patos la cosa no está tan clara: da la impresión de que el Ayuntamiento pone allí los patos para atiborrarlos con miga de pan y para que nuestro hijos los persigan emulando con sus gritos a Tarzán.

Siempre hemos aconsejado que es preferible no poner patos a que su cuidado y aspecto no sean ejemplares. Este es el caso de los que vemos en el estanque de Cristina Enea. Las tres hembras de azulón que allí se encuentran han intentado criar este año 31 pollos con un éxito más bien corto y esto se debe a la falta de defensa que tienen los animales frente los aguerridos visitantes. Con lo fácil que sería dotarles de una pequeña rampa de madera que les permitiera refugiarse en el sotobosque cuando la prole peligra.

La fauna ornitológica silvestre que puebla el sistema Parque Cristina Enea/río Urumea es digna de admiración y deberíamos esforzarnos en mostrarla a los donostiarras porque es evidente que las personas que conocen su Patrimonio, lo cuidan.


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