Resulta
difícil de entender, pero imposible de tolerar, que aún hoy, y en nuestro
entorno, haya quien coloque cebos envenenados para eliminar depredadores del
medio natural, a los que tildan de “alimañas”.
Método
cruel, ineficaz y tipificado como delito en el Código Penal que, en muchas
ocasiones, escapa a la detección, propiciando la impunidad de los
envenenadores.
El
empleo ilegal de venenos en la
Naturaleza es un atentado a la conservación de la Biodiversidad ante
el que no podemos permanecer impasibles.
Introducción al tema: Ramón Elosegui, Delegado territorial de SEO/BirdLife en Euskadi, junto a David de la Bodega |
La
persecución de estos delitos corresponde, lógicamente, a las autoridades
competentes pero la colaboración ciudadana, empezando por quienes salimos y
amamos al medio natural y sus criaturas, es imprescindible para impedir la
expansión de estas deplorables prácticas, su drástica reducción, y por qué no,
su erradicación.
Con
el propósito de canalizar esta participación se ha creado una Red de
Voluntarios Contra el Veneno, al amparo del proyecto Life+ VENENO y, para la debida
formación e información de los voluntarios de esta Red, se vienen impartiendo
unas charlas en diferentes puntos de la geografía española a cargo de
SEO/BirdLife.
David de la Bodega, Coordinador del Proyecto Life+VENE.NO
El domingo 21 de julio, tuvo lugar en Ataria (Vitoria-Gasteiz) la
dirigida a los voluntarios del ámbito de
El mayor hándicap en la lucha contra el uso ilegal del veneno en
el medio natural, es la detección de los cebos y sus víctimas. Se estima que
tan solo un 5-10 % de los casos son detectados. Es fácil que en el entrono
natural pasen desapercibidos cebos y animales envenenados, por lo que es
importante nuestra sensibilización ante el problema y que pongamos especial
atención en detectarlos, para actuar como corresponde.
Resulta imposible resumir la intervención de David, pero sí que
podemos plasmar aquí lo básico y esencial que está al alcance de cualquiera de
nosotros, incluso sin necesidad de estar inscrito como voluntario. Los pasos
del “Protocolo de Actuación” son sencillos y casi podríamos decir inexcusables:
Si
encuentras un animal o cebo envenenado en el campo
- Es
importante que no toques ni muevas nada.
Podrías
intoxicarte y/o alterar las pruebas del delito llegando a invalidarlas.
- Llama
inmediatamente al teléfono gratuito:
900 713
182
Desde
aquí nos asesoran sobre como actuar y se canalizará la información que
proporcionemos, avisando a quien corresponda hacerse cargo de la investigación
y los trámites oportunos.
Este
número, junto al del Centro de Recuperación de Fauna más cercano, no debería
faltar en la agenda de ninguno de nosotros. Deberíamos llevarlos siempre a mano
en todas nuestras salidas.
- Revisa
la zona por si hay más cadáveres o cebos.
Es
probable que los cebos estén esparcidos y que, en un primer momento, solo
veamos una fracción del escenario.
- Si es
posible, realiza fotos de la zona, del animal/animales y/o posibles cebos.
Es el
principio de “cuanta más información podamos aportar, más podremos ayudar”.
Este teléfono cubre todo el territorio nacional, por lo que nos
será muy útil si nos encontramos con un episodio de envenenamiento durante vacaciones,
excursiones o salidas más allá de nuestro “local patch”.
Pudiera parecer que en nuestro ámbito más cercano, el uso del
veneno no tiene la misma incidencia que en otros lugares, pero baste recordar
el grave suceso que ocurrió hace un año y que recogimos en esta entrada:
Recientemente
ha salido la sentencia de otro caso ocurrido en un coto de caza en Mendavia,
con la muerte de 9 Aguiluchos laguneros y que se recoge detalladamente en: http://www.venenono.org/?p=2093
Ni
que decir tiene que, sobre la lucha contra el uso del veneno, esta es
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Una
vez concluida la sesión, con un día luminoso y aún no siendo las mejores horas
de pajareo, no pudimos evitar dar una vueltilla por Salburua, el emblemático
humedal gasteiztarra.
|
Somos
gipuzkoanos y pese a que a alguien le resulte extraño, no podemos evitar
disfrutar mirando a las Cigüeñas ni a otras especies que no son comunes a tan
pocos kilómetros más al norte (Lavanderas boyeras, Aguiluchos laguneros,
Somormujos lavancos y Porrones europeos, entre otros muchos). Pollos y
juveniles de variadas especies y nos sorprendió una pareja de Alimoches adultos
sobrevolándonos a baja altura, apenas comenzamos el paseo. También pudimos
observar, algo lejanos, a los dos Tarros canelos, las “estrellas invitadas” de
esos días. Os dejamos con algunas imágenes de lo que por allí vimos:
Rapaces,
principales víctimas de los cebos envenenados
Alimoche |
3 jóvenes Aguiluchos laguneros |
Aguililla calzada |
Milano negro |
Las
estrellas invitadas
2 Tarros canelos |
Juveniles
de acuáticas
Ánade friso |
Porrón europeo |
Somormujo lavanco |
Zampullín chico |
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