No es frecuente la presencia de Pagazas piconegras en el
estuario del Bidasoa. Las poblaciones que crían en la península Ibérica,
lógicamente no atraviesan nuestro territorio en sus viajes migratorios. Son tan
solo los ejemplares de las pequeñas poblaciones del norte, de camino a África y
de retorno a sus colonias de Jutlandia,
los que pueden encontrar en Txingudi estación de reposo y alimentación.
De tan escaso contingente, el de esta pequeña población
reproductora en Dinamarca y Alemania, es normal que no se tenga información
exhaustiva y abundante sobre sus rutas y pasos migratorios. Aunque se presupone
que viajan bordeando las costas de Holanda, Bélgica, Francia, España y Portugal
antes de cambiar de continente probablemente por el estrecho de Gibraltar. En
los mapas de distribución también sugieren una ruta mucho más directa y
“vertical”, atravesando el centro de Europa y entrando en África por Túnez o
Argelia tras sobrepasar Córcega y Cerdeña.
Estas que os mostramos parecen coincidir con la primera de
las opciones.
Cabría la posibilidad de que las Pagazas piconegras de
esta cita pudiesen tener su origen, aunque solo sería una hipótesis, en
ejemplares en un movimiento de dispersión previo a la verdadera migración desde
sus criaderos ibéricos, pero las anillas de colores de sus patas despejan todas
las dudas.
Vamos con los datos verificados de esta observación
especial, ya que no tenemos constancia de otra similar y anterior, con lo que
presumimos que es el primer registro de estas características.
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Observador (y fotógrafo): Iñaki Vega
Lugar: Bahía de
Txingudi, Parque Ecológico Plaiaundi
Irun, Gipuzkoa (ES) 43º20´00´´N –
01º47´00´´W
Fecha: 1 de
septiembre de 2012
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Como se puede apreciar en las fotos, estos dos jóvenes
ejemplares no estaban solos, y no se despegaban de dos adultos a los que
reclamaban insistentemente comida y que, por lógica, serían sus progenitores.
Esta conducta nos es familiar en los Charranes patinegros, con los que, por
otra parte no sería difícil confundirlos en la distancia y las reverberaciones
que produce el calor en los limos intermareales, lo que da a la cita un plus
por el mérito del observador.
Nuestros agradecimientos desde
aquí a Klaus Günther, aunque no lea estas líneas, el responsable del anillamiento de estos ejemplares, por
remitirnos los historiales y muy en especial a Alfredo Herrero Gorrotxategi,
que probablemente sí lea esto, por su inestimable colaboración en la
tramitación de la lectura de estas anillas, e incontables más, desde hace ya
unos cuantos años.
Más información sobre la especie:
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