El Pigargo es el águila más grande de
Escandinavia y tiene una máxima envergadura de 2,50 m. A mediados
del siglo XIX habitaba en la gran mayoría de Dinamarca. No obstante, debido a
una persecución continua, se extinguió en 1913. A partir de 1995/96 comenzó a
criar nuevamente y hoy en día, para satisfacción de muchos, se registra una
población de más de 50 parejas criando. Si la tendencia se mantuviera, en esta
especie monógama que puede vivir hasta 10 años, se podría llegar a unas 100
parejas, considerándose esta la máxima capacidad que puede albergar el país.
Durante mis vacaciones en
Dinamarca, me enteré de la localización aproximada de un nido y tuve la gran
suerte de encontrarlo y de fotografiar a una cría de Pigargo.
Entramos en el bosque y bajamos
hacia un lugar con fresnos muertos convertido en lago. A primera vista, no
había ni rastro del nido, pero avanzamos en paralelo a la orilla, dentro del
bosque circundante, y llegamos a un árbol en cuya copa vimos el gran nido con
una cría dentro.
Era un día soleado, con mucha luz,
y la imagen se nos presentaba en
contraluz,
por lo que decidimos cambiar de
sitio. Anduvimos de puntillas, aunque fue imposible evitar el crujir de las ramas. Valió la pena la nueva perspectiva desde un
nuevo escondite. Veíamos el nido a la perfección, pero ¿dónde estaba la cría?
Al rato se posó en una rama,
justo al lado del nido, y allí permaneció sentada, mirándonos de manera penetrante.
Se trataba de una cría con
el tamaño de un adulto, lista para volar. Lucía
un plumaje marrón con algunas zonas más claras y el pico oscuro, con base
amarillo. No es hasta los seis años que muestra su “traje” definitivo y su pico
enteramente amarillo.
Llamaron nuestra atención sus
garras fuertes y su cola corta que en el ave joven tiene color marrón, mientras
de adulto es blanca.
En la espera de que uno de sus padres
se presentase con comida, acechamos durante largo rato, pero no hubo tal suerte
y nos tuvimos que ir. El sitio de pesca
de los adultos es un humedal grande a unos 10 km de distancia.
Normalmente, la misma pareja
reutiliza su nido, añadiendo nuevo material cada año, y puede llegar a ser
enorme. Se conocen nidos de hasta 3 m de altura, con un diámetro de 2. Confiamos en que reutilicen este nido y,
con un poquito de suerte, podamos ver una nueva generación el próximo año.
Enhorabuena Kirsten ¡Qué suerte!
ResponderEliminarYa me gustaría ver un pigargo europeo. Pero Dinamarca está tan lejos.... A ver si tenemos suerte por aquí y este invierno, como en años antriores, viene alguno a la Reserva de Bergusté en Saint Martin de Seignanx, que nos queda a 40 minutos de casa. ;-)
Gracias, Itziar.
EliminarCruzamos los dedos para que venga a Seignanx.
Kirsten